Hoy las descubrí, enfrentadas todas a límpidos cielos
Su belleza añil me deslumbra, me agita y me encoge
Rodeaban su urna de petalos coronas de espinas en flor
Te encontré enfrentada al asfalto y caminos cenagosos
Me entregaste destellos siderales envueltos en miel
Sin olvidar el encargo de lanzas de protección
Apareciste refulgente en el camino apuntado al fin
Jamás te ocultas para huir pues desbaratas mi oír
Te quedas convertida en simbolo de belleza y valor
en señal de integración, sacrificio y resolución
Tu fragor llevas en el centro mismo del corazón
En mí mucleo dibujas exaltación por emular tu nos.
1 comentario:
Una prosa breve a la flor de cardo. Agradable.
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